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¿ES NECESARIO CAMBIAR LA ALIMENTACION A NUESTRO PERRO?
En principio NO.
Es totalmente correcto que tomen el mismo alimento.
Para que su alimentación sea correcta, debe ser un pienso adaptado a sus necesidades nutricionales en cada momento, por su edad o estado fisiológico, si ha sido esterilizado o cualquier otra circunstancia.
Aunque sea siempre el mismo, hay fases de su vida que es inevitable hacer algún cambio.
El primero se tiene que producir en el destete, otro en el paso de cachorro a adulto y otro en el momento de su madurez.
Para evitar trastornos digestivos, estos cambios no deben ser bruscos. La sustitución debe hacerse de forma progresiva, incluso mezclando el alimento de la fase siguiente durante varios días, (una semana). Hecho así, conseguiremos una aceptación más fácil de nuevo alimento por nuestra mascota.
Se recomienda que los cambios se hagan de forma paulatina: El primer día debemos aportar el alimento habitual mezclado con poca cantidad del nuevo, por ejemplo un 20 %, y aumentar ésta proporción en días sucesivos si no aparecen trastornos digestivos, hasta el séptimo día que ya solo se suministrará el alimento nuevo.
En el intestino existen una serie de microorganismos necesarios para la digestión de los alimentos y beneficiosos para la salud intestinal, que conocemos como flora intestinal.
Los cambios de alimentación en el perro provocan también cambios de la flora intestinal, a los que tienen una especial sensibilidad. Si a un perro le suministráramos un pienso distinto cada día, la flora intestinal sería atacada de tal manera que puede verse destruida y provocar la aparición de diarreas graves.
Los cambios de alimentación son importantes a lo largo de toda la vida del perro y deben evitarse coincidencias en el tiempo con otros cambios que supongan un estrés para él.
Un cachorro al destete, que deja su camada y cambia su entorno, está sometido a un estrés muy grande que incrementa el riesgo de problemas digestivos. Si ello añadimos un cambio de alimentación, agravaríamos los problemos.
Esta transición progresiva de un pienso a otro da buenos resultados en perros que no tienen gran apetito para conseguir que acepten un alimento nuevo.
Si por alguna enfermedad es necesario un cambio más brusco, es conveniente seguir las indicaciones del veterinario.